Aprendí que las cosas buenas hay que saber esperarlas, no hay nada de malo en que las cosas que uno desea lleguen más tarde de lo esperado. Cuando lo que querés tarda en llegar, el deseo crece, se fortalece, y ahí tu corazón se prepara para recibir eso que tanto esperaste. Si no está listo ese algo que deseás, es como comer una frutilla verde.
Hay cosas que llegan más tarde de lo esperado y eso te da ansiedad, frustración, pero por algo es... por algo hay cosas que hay que esperar. Cuando menos las esperás, quizás cuando ya renunciaste al cansancio, es cuando la vida, el destino, lo que sea te sorprende.
Las cosas buenas llegan tarde, dan trabajo, esfuerzo, dedicación. Saber esperar es saber desear, queremos todo ya, la comida ya, los resultados ya, queremos levantar el teléfono y que el delivery esté ya. El deseo se vuelve más fuerte cuando uno se toma el tiempo de desear, entre el deseo y la realización no hay tiempo...
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